Una comunicadora que siempre ha amado y amará el folclor
- Comunicación Institucional
Vibrantes muestras tanto en el teatro Tolima como en la concha acústica Garzón y Collazos identificaron a Karoll en el pasado Festival.
"Todo lo que he hecho en mi vida es por la gente. No lo hago tanto por mí, ni por portar una corona y una banda". Así describe Karoll Vanessa Caballero Pérez, de 19 años, nueva reina Nacional del Folclor, el camino que la ha llevado desde su infancia a destacarse como defensora de las tradiciones de este departamento.
Ella es muy consciente de que, como lo ha hecho desde su infancia, sabrá integrar su vocación artística con el título profesional al que aspira en la Universidad de Ibagué, donde cursa su quinto semestre de Comunicación Social y Periodismo, una carrera que la tiene pensando en grande en su aspiración por resaltar las virtudes de su región.
Desde su infancia, el baile y el canto se unieron a una cámara semiprofesional, que su mamá y su abuela le compraron en aquel tiempo. En ese momento, según confiesa, ambos elementos empezaron a integrarse en un camino en el que nunca se separarán las disciplinas a las que representan. Ella promete que será una labor de por vida.
Ella es muy consciente de que, como lo ha hecho desde su infancia, sabrá integrar su vocación artística con el título profesional al que aspira en la Universidad de Ibagué, donde cursa su quinto semestre de Comunicación Social y Periodismo, una carrera que la tiene pensando en grande en su aspiración por resaltar las virtudes de su región.
Desde su infancia, el baile y el canto se unieron a una cámara semiprofesional, que su mamá y su abuela le compraron en aquel tiempo. En ese momento, según confiesa, ambos elementos empezaron a integrarse en un camino en el que nunca se separarán las disciplinas a las que representan. Ella promete que será una labor de por vida.
¿Quién es Karoll Vanessa?
K.V.C.: Nací en Girardot, pero a los 10 días de nacida nos trasladamos a Natagaima, donde me crié con mi abuela materna y estudié en el colegio Alfonso Reyes Echandía. Luego, me mudé a Ibagué, empecé a estudiar en la Universidad de Ibagué y aquí vamos.
¿Cuándo nació el interés por la comunicación social?
K.V.C.: Cuando estaba en el colegio, en Natagaima, en décimo preparándome para las pruebas Saber, un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional llegó a ofrecernos preparación a esas pruebas. Después, me vinculé al grupo Pijao, con Edwin Henao, egresado de esa institución, quien nos guiaba en todo y con quien desarrollamos muchos trabajos culturales en el municipio y en las veredas, dirigidos a comunidades indígenas.
Íbamos a Coyaima, conocíamos las tradiciones, bebimos chicha y conocimos cómo se elaboraba, fuimos a un cementerio indígena; también, organizamos una rueda de prensa con los candidatos a la Alcaldía, con jóvenes de colegios que hacían las preguntas. Yo me dedicaba a lo audiovisual, porque muy pequeña pedí a mi mamá y mi abuela que me compraran una cámara semiprofesional. Por eso estoy estudiando Comunicación Social.
Gracias a ese grupo, conocí la tradición indígena y adquirí conocimiento de folclor y en general, porque hacíamos trabajos con las comunidades de los barrios, a niños, jóvenes y adultos mayores. Les ofrecíamos migas, tinto y películas enfocadas en lo cultural; pintábamos, jugábamos y danzábamos.
K.V.C.: Nací en Girardot, pero a los 10 días de nacida nos trasladamos a Natagaima, donde me crié con mi abuela materna y estudié en el colegio Alfonso Reyes Echandía. Luego, me mudé a Ibagué, empecé a estudiar en la Universidad de Ibagué y aquí vamos.
¿Cuándo nació el interés por la comunicación social?
K.V.C.: Cuando estaba en el colegio, en Natagaima, en décimo preparándome para las pruebas Saber, un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional llegó a ofrecernos preparación a esas pruebas. Después, me vinculé al grupo Pijao, con Edwin Henao, egresado de esa institución, quien nos guiaba en todo y con quien desarrollamos muchos trabajos culturales en el municipio y en las veredas, dirigidos a comunidades indígenas.
Íbamos a Coyaima, conocíamos las tradiciones, bebimos chicha y conocimos cómo se elaboraba, fuimos a un cementerio indígena; también, organizamos una rueda de prensa con los candidatos a la Alcaldía, con jóvenes de colegios que hacían las preguntas. Yo me dedicaba a lo audiovisual, porque muy pequeña pedí a mi mamá y mi abuela que me compraran una cámara semiprofesional. Por eso estoy estudiando Comunicación Social.
Gracias a ese grupo, conocí la tradición indígena y adquirí conocimiento de folclor y en general, porque hacíamos trabajos con las comunidades de los barrios, a niños, jóvenes y adultos mayores. Les ofrecíamos migas, tinto y películas enfocadas en lo cultural; pintábamos, jugábamos y danzábamos.
¿Cómo se integra Karoll al arte y a la cultura?
K.V.C.: Siempre he cantado. Nunca he tenido clases de técnica vocal, he sido empírica, pero una tía me enseñaba. Siempre he cantado música andina y tradicional, entonces a los demás les inculcábamos el folclor y la tradición a través del arte.
En Natagaima todo se celebra con folclor. Alguien cumple años, llevan banda papayera; en el cumpleaños de un colegio, se celebra el sanjuanito; para el Día del Agua... para todo es con sanjuanero, con bailes tradicionales. Desde muy pequeños, los niños son llevados a que interactúen con la cultura no solo natagaimuna, sino también tolimense y colombiana.
Inicié a los tres o cuatro años a bailar. Fui reina infantil sanjuanera, aunque las dos primeras veces perdí, pero la tercera fue la vencida. Siempre he danzado y luego estuve en el Coro Musical de la Casa de la Cultura, dirigido por mi tía Merly Cecilia Caballero Liz. Luego, en los premios Creatividad, Talento y Juventud, de la Universidad del Tolima, ocupé el primer lugar en voces blancas, el segundo en danza y el tercero, con mis dibujitos, en arte.
Ha sido un proceso de toda la vida en los colegios. Vine a Ibagué y estudié de quinto a séptimo en el Amina Melendro de Pulecio, donde empecé a interpretar la flauta traversa. Regresé a Natagaima, participé en el reinado del colegio Alfonso Reyes Echandía y gané bailando San Pedro en El Espinal. En la Universidad de Ibagué estuve en los grupos de danzas folclórica y moderna y en clases de técnica vocal. Nunca lo he dejado a un lado, porque soy amante de la música y el folclor.
Y sigue la carrera ascendente
¿Cómo calificas el proceso que has tenido?
K.V.C.: Fue una lluvia de bendiciones y todavía me siento bendecida por Dios. Soy muy espiritual. Desde pequeña quería participar en el Reinado Municipal y no podía por la edad (tenía 15 años), pero cuando empecé a estudiar en la Universidad tuve la edad para hacerlo y representé al barrio Centro. En ese reinado estuvo la bisnieta de Cantalicio Rojas: ella quedó de virreina y yo de reina.
Luego participé en el concurso Cantalicio Rojas, en el que fui virreina, y en el Reinado Departamental del Sur del Tolima, en Purificación, en el que fui elegida reina. Luego gané esta corona, que desde 1992 no se lograba para el Tolima.
En Natagaima todo se celebra con folclor. Alguien cumple años, llevan banda papayera; en el cumpleaños de un colegio, se celebra el sanjuanito; para el Día del Agua... para todo es con sanjuanero, con bailes tradicionales. Desde muy pequeños, los niños son llevados a que interactúen con la cultura no solo natagaimuna, sino también tolimense y colombiana.
Inicié a los tres o cuatro años a bailar. Fui reina infantil sanjuanera, aunque las dos primeras veces perdí, pero la tercera fue la vencida. Siempre he danzado y luego estuve en el Coro Musical de la Casa de la Cultura, dirigido por mi tía Merly Cecilia Caballero Liz. Luego, en los premios Creatividad, Talento y Juventud, de la Universidad del Tolima, ocupé el primer lugar en voces blancas, el segundo en danza y el tercero, con mis dibujitos, en arte.
Ha sido un proceso de toda la vida en los colegios. Vine a Ibagué y estudié de quinto a séptimo en el Amina Melendro de Pulecio, donde empecé a interpretar la flauta traversa. Regresé a Natagaima, participé en el reinado del colegio Alfonso Reyes Echandía y gané bailando San Pedro en El Espinal. En la Universidad de Ibagué estuve en los grupos de danzas folclórica y moderna y en clases de técnica vocal. Nunca lo he dejado a un lado, porque soy amante de la música y el folclor.
Y sigue la carrera ascendente
¿Cómo calificas el proceso que has tenido?
K.V.C.: Fue una lluvia de bendiciones y todavía me siento bendecida por Dios. Soy muy espiritual. Desde pequeña quería participar en el Reinado Municipal y no podía por la edad (tenía 15 años), pero cuando empecé a estudiar en la Universidad tuve la edad para hacerlo y representé al barrio Centro. En ese reinado estuvo la bisnieta de Cantalicio Rojas: ella quedó de virreina y yo de reina.
Luego participé en el concurso Cantalicio Rojas, en el que fui virreina, y en el Reinado Departamental del Sur del Tolima, en Purificación, en el que fui elegida reina. Luego gané esta corona, que desde 1992 no se lograba para el Tolima.
Cuando vas al Departamental del Sur te empiezan a ver como competencia para el del Folclor, y al saber que yo venía se hacían la idea de qué iba a pasar. Escuchaba que yo era de las fuertes, un 'palito' a tumbar, pero nunca me he sentido más que las demás, siempre he estado en un nivel equilibrado, he querido ser estándar y demostrar lo que soy con seguridad y confiando en Dios y en todo el trabajo con los músicos, que fue arduo, de dos meses".
El Nacional, ni decirse, porque fue a los tres días siguientes. Gracias a Dios y al talento que me dio, al grupo de trabajo que tuve, a mis preparadores, Henry y Juan Leyton; al grupo Renacer Musical, y al grupo folclórico Mante, que dirigen mi parejo oficial, Luis Gabriel Guzmán y Ana Julia Salgado, quienes aman lo que hacen y son artistas en todo el sentido de la palabra. Gracias a Dios, así fueron las cosas.
¿Cómo te viste ante esos departamentos que tienen tradición ganadora en el Reinado Nacional?
K.V.C.: Ellas llegaron al bus y empezaron a bailar sus cumbias, las andinas aplaudíamos y decíamos 'tenían que ser costeñas'. Pero tengo raíces costeñas, porque mi papá es de Lorica (Córdoba) y mi mamá, del Tolima. No me sentía abrumada, porque las tolimenses también tenemos alegría y chispa y es lo que mostré en tarima. Interpreté el acordeón, la flauta traversa y la tambora. Hay mucho talento en el Tolima y es lo que quise mostrar.
Es impresionante la capacidad que tengo de aprender instrumentos en tiempo récord. Tengo un año para prepararme completa (de cara al Reinado Internacional del Folclor 2020) y empezar ya, porque siempre ha sido corriendo, aun así se ha logrado un gran trabajo, pero con más tiempo, sería perfecto.
¿Qué tan intensos fueron los días previos al Reinado Nacional?
K.V.C.: Creo que los de Mante deben estar cansadísimos al igual que yo. Después del Departamental tuve que salir del hotel y ensayar hasta las 3:00 de la mañana, para la muestra del teatro Tolima (el sábado). Me dio el soponcio, como dicen en mi familia. Estaba muy deshidratada y trasnochada y llevaba casi una semana sin dormir bien. Descansé dos horas, pero tuve que volver a ensayar. Fue un trabajo muy duro, pero muy satisfactorio.
Es impresionante la capacidad que tengo de aprender instrumentos en tiempo récord. Tengo un año para prepararme completa (de cara al Reinado Internacional del Folclor 2020) y empezar ya, porque siempre ha sido corriendo, aun así se ha logrado un gran trabajo, pero con más tiempo, sería perfecto.
¿Qué tan intensos fueron los días previos al Reinado Nacional?
K.V.C.: Creo que los de Mante deben estar cansadísimos al igual que yo. Después del Departamental tuve que salir del hotel y ensayar hasta las 3:00 de la mañana, para la muestra del teatro Tolima (el sábado). Me dio el soponcio, como dicen en mi familia. Estaba muy deshidratada y trasnochada y llevaba casi una semana sin dormir bien. Descansé dos horas, pero tuve que volver a ensayar. Fue un trabajo muy duro, pero muy satisfactorio.
¿Cómo fue la transición a Ibagué?
K.V.C.: No fue difícil. Siempre he tenido el don de gente, entonces la llegada fue muy cálida. Los tolimenses tenemos calidez humana, hice muchos amigos, llegué y me inscribí en Style Models, agencia que me ayudó a conocer personas importantes, luego entré a la Universidad y me relacioné con más personas, además de haber estado en el Amina Melendro de Pulecio, con lo que me acostumbré a la vida de ciudad.
K.V.C.: No fue difícil. Siempre he tenido el don de gente, entonces la llegada fue muy cálida. Los tolimenses tenemos calidez humana, hice muchos amigos, llegué y me inscribí en Style Models, agencia que me ayudó a conocer personas importantes, luego entré a la Universidad y me relacioné con más personas, además de haber estado en el Amina Melendro de Pulecio, con lo que me acostumbré a la vida de ciudad.
En lo que pueda hacer a través de mi disciplina, con mucho gusto lo haría para Natagaima y para el Tolima".
¿Cómo has integrado estas disciplinas y qué harás ahora?
K.V.C.: Mi trabajo siempre ha sido servir a la comunidad. Todo lo que he hecho en mi vida es por la gente, no lo hago tanto por mí y por portar una corona y una banda, sino por mostrar de lo que están hechos el Tolima y las mujeres natagaimunas, que son conocidas por la cocina tradicional. Como comunicadora social, tengo el trabajo de mostrar esas tradiciones e historias que el Tolima se guarda.
Mi sueño es hacer un libro con esas historias, así como un disco de las más de 100 canciones de Adolfo Culma Lis, uno de los mayores juglares de Natagaima, quien conoció a Cantalicio Rojas. Interpreté en Purificación 'Mi Natagaima glorioso', obra que nadie conocía y que cuenta la historia de Natagaima completa.