Docentes Unibagué asesoran a mujeres para innovar con frutas
- Camilo Yepes
La finca La Miel, en el suroriente de Ibagué, empieza a convertirse en un innovador centro de producción y deshidratación de frutas con energía solar como eje, gracias a un trabajo propiciado por el conglomerado de universidades españolas Campus Iberus y asesorado por profesionales de la Universidad de Ibagué.
La intención es capacitar lo suficiente a las mujeres participantes para que, en el futuro cercano, ellas sean capaces de generar sus ingresos.
Precisamente, el interés por apoyar la implementación de nuevas tecnologías posibilitó la unión de ambas instituciones en este proceso que involucra a siete mujeres en la producción de melón, sandía, papaya y mango, con el uso de plantas solares en la energía para obtener el volumen de agua necesario en el riego.
Precisamente, el interés por apoyar la implementación de nuevas tecnologías posibilitó la unión de ambas instituciones en este proceso que involucra a siete mujeres en la producción de melón, sandía, papaya y mango, con el uso de plantas solares en la energía para obtener el volumen de agua necesario en el riego.
"Se pensaba que por la altitud y el tipo de suelo no era posible generar estas frutas, que los únicos posibles iban a ser el maíz y el arroz", comenta Andrés Martín, coordinador de Campus Iberus, red conformada por la Universidad de Zaragoza, la Universidad de Lleida, la Universidad de La Rioja y la Universidad Pública de Navarra.
El objetivo principal es de doble vía: pasar de cultivos de arroz y maíz a los de frutas, al igual que formar a los participantes en su deshidratación y en la legislación posterior. En este segundo punto intervienen las docentes Natalia Salazar y Luz Adriana Sánchez, de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas.
La base del proceso
Este proyecto es cofinanciado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) y se desarrolla en dos fases: la primera, cumplida desde 2017, que consiste en la implementación del regadío en al menos seis hectáreas del terreno, con la respectiva transición de maíz y arroz a las mencionadas frutas.
La base del proceso
Este proyecto es cofinanciado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) y se desarrolla en dos fases: la primera, cumplida desde 2017, que consiste en la implementación del regadío en al menos seis hectáreas del terreno, con la respectiva transición de maíz y arroz a las mencionadas frutas.
La segunda fase inició este año, con "la implementación de las plantas solares a cargo de la firma Akis Research International, para la deshidratación de la fruta, para que esa fruta aporte valor añadido al mercado, vinculando a mujeres con dificultades de empleabilidad y que genere desarrollo en la comunidad".
Siguen seis meses de un proceso que incluye capacitación a cargo de personal de Campus Iberus y la puesta en marcha de los procesos técnicos y de formación en la deshidratación y la posterior legislación, en los que participan ambas docentes, con presencia periódica en La Miel.
"Nuestra función es brindar compañía y asesoramiento técnico para la obtención de los productos, en términos de cómo se debe cortar la fruta, cuánto tiempo debe estar en el deshidratador, humedad y demás propiedades, con tal de que sean aptos para el consumo humano", comenta la docente Sánchez.
El proceso requiere de normas, legislación y registros: en ello también contribuirán ambas profesionales, con tal de "identificar estos productos como potenciales y darles impulso para la venta. Si se acaba el proyecto y tenemos el producto, con nosotros podrán seguir contando para el apoyo de su comercialización y hacerlo visible".
El objetivo de Campus Iberus es trabajar en cuatro áreas: energía y medioambiente, agroalimentación y nutrición, tecnologías para la salud y desarrollo social y territorial.
Con el trabajo de las tres instituciones, cada una con su función establecida e importante para este proceso, se avizora la expectativa de ver el crecimiento al término de dicho periodo, para que, según Andrés Martín, "de siete ojalá pasen a 12 y luego a 16 (mujeres)".
Con el trabajo de las tres instituciones, cada una con su función establecida e importante para este proceso, se avizora la expectativa de ver el crecimiento al término de dicho periodo, para que, según Andrés Martín, "de siete ojalá pasen a 12 y luego a 16 (mujeres)".