Un ingeniero con bastante energía para investigar
- Camilo Yepes
Ser indisciplinado no siempre es sinónimo de rebeldía injustificada. En el caso del profesor Oswaldo López Santos, fue una actitud que le sirvió de puerta de entrada a su vocación como investigador, a su encuentro constante de la perfección como científico y como persona.
Nació en Bogotá, pero los ires y venires característicos de su búsqueda profesional determinaron que sería la capital tolimense su hogar definitivo desde 2009, año en que llegó a la Universidad de Ibagué a construir su trayectoria, casi “de cero”, como él confiesa, luego de haberse graduado como ingeniero electrónico en la Distrital Francisco José de Caldas y de haber trabajado en tres sitios simultáneos con tal de sufragar los costos de su primer posgrado.
“Mis padres -él santandereano y ella cundinamarquesa- son de origen rural, pero querían encontrar un nuevo destino en la ciudad y, en medio de ese contexto, mi niñez fue pensada para un niño que pudiera sobresalir”, cuenta Oswaldo, en medio de su orgullo por el entorno que lo rodea en la actualidad. Así resume su significativa trayectoria:
Es una cotidianidad llena de estudiantes, música y los dispositivos en que se mueve a diario dentro de los laboratorios de Unibagué, institución en la que reforzó la curiosidad, la criticidad y la verificación, tres virtudes que considera importantes para el verdadero científico, que son transversales a su papel como coordinador del grupo D+TEC y a su categorización como Investigador Asociado en la más reciente convocatoria de Colciencias, la 833.
Las páginas de su camino
No solo fue la indisciplina por aprovechar los implementos del laboratorio en la primaria. Para consolidarse como el investigador prolífico que ahora es, también fueron vitales los libros que sus padres le compraban buscando que fuera un excelente médico y el descubrimiento de su vocación definitiva mientras prestaba servicio militar en la Policía Nacional.
(Te invitamos a leer: Sigue en ascenso la investigación en Unibagué)
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“Siempre fui muy curioso, buscaba la respuesta; en el colegio siempre fui el más indisciplinado, pero el mejor en todas las demás cosas. Eso cambió en el bachillerato, porque ahí había que ser disciplinado en todo y eso ajustó mi manera de ser”, recuerda.
No es fortuito el camino recorrido hasta su actual figuración en el listado de Colciencias en función de su alta producción bibliográfica. La maestría en Automatización Industrial y el doctorado en Automática (este cursado en el Institut National Des Sciences Apliqueés, en Francia, de 2011 a 2015) se complementan con la visión de un profesional que valora con mayor ahínco la ingeniería nacional y la investigación colectiva, con una enseñanza muy particular.
No es fortuito el camino recorrido hasta su actual figuración en el listado de Colciencias en función de su alta producción bibliográfica. La maestría en Automatización Industrial y el doctorado en Automática (este cursado en el Institut National Des Sciences Apliqueés, en Francia, de 2011 a 2015) se complementan con la visión de un profesional que valora con mayor ahínco la ingeniería nacional y la investigación colectiva, con una enseñanza muy particular.
Las respuestas que busca están en la energía y su aprovechamiento, de ahí que piense en energías renovables, fotovoltaicas y eólicas y en la alimentación de baterías y electrodomésticos, con convencimiento pleno hacia sus estudiantes, en su mayoría de sexto y séptimo semestres: “No los recluto, pero trato de que vean el tema con cierta pasión. Uno piensa, por ejemplo, en el aparatico para el celular, por dentro es complicado y en eso trabajamos todo el tiempo. Nos planteamos un trabajo de grado y tratamos de llegar lo más lejos posible”.
Aquí se hizo como investigador
Mientras desarrolló sus estudios de maestría en la Universidad Nacional se enamoró de la academia, de las posibilidades que ofrecía encontrarse con los estudiantes y construir el conocimiento en colectivo, como el basado en su área de énfasis, que espera aplicar en zonas rurales de la región con el nombre de la Universidad de Ibagué como bandera. Son las microrredes y así las describe:
“Puedo decir que me hice aquí como investigador. Comencé poco a poco, con un estudiante, con dos, luego la maestría; proponerse las cosas más complejas… De hecho varios de los estudiantes que han trabajado conmigo en investigación son profesores de la Universidad, como Carlos Jacanamejoy, Harold Murcia y David González, y otros ya van en camino o están cursando sus doctorados. Eso me llena de satisfacción”.
Mientras tanto, cursó el doctorado en Francia, en el que recibió apoyo de sus estudiantes, de ahí que reconozca que es un logro compartido, ajustado a la idea formal “de lo que significa investigar” y, sobre todo, de su disciplina, de la que piensa que fue hecha para transformar los medios tecnológicos que tiene la sociedad.
Esa facilidad de fijar conexiones internacionales le ha posibilitado la presencia de profesores extranjeros en Unibagué como el doctor en Control Germain García y el proyecto Latinamerican University Research and Doctoral Support (Laurds), en coautoría con los profesores Iván Darío Hernández, Édgar Ramiro Jiménez, Julio Mazorco Salas y Frank Sánchez Quijano, cofinanciado por la Unión Europea. Ya culminó y está en fase de inserción en la oferta actual.
Respecto a este último, fue concebido con el propósito de aportar en la formación integral de quienes cursan doctorados en América Latina y, con mayor énfasis, en esta alma mater, “para que se fomente en los estudiantes la necesidad de entender el entorno en que se investiga, que sean comprometidos con sus regiones, con sus universidades, y no exteriorizados. Sucede que cuando uno egresa de un doctorado debe articularse en un esquema de investigación y muchas veces se olvida de las necesidades locales. Significa dar visión de impacto a la formación doctoral”.
Yo me proyectaba científico, desde niño decía 'quiero algo grande, como la Nasa’, cambiar en algo, entonces eso guio mi mentalidad hacia dónde quería ir”.
Hay tiempo para todo
López Santos no tiene muchos ratos libres, pero sí un estilo de vida muy definido. Comparte su tiempo entre las aulas, su familia, un plan perfecto en cualquier lugar natural de esta ciudad que él califica como cálida y acogedora, la lectura de libros de autores como Dan Brown y la nostalgia de haber estado, hace varios años, en el grupo de rock In Vitro, en el que participó como guitarrista y cantante.
“Hay un comienzo y hay que estar revolucionado en la investigación. Cuando uno llega a un punto, puede hacer todas las cosas de nuevo. Ahora estoy en ese punto, en el que tengo claro lo que puedo hacer como investigador y con más facilidad aprovecho mi tiempo libre”, considera.
El investigador no es un buscador: es un encontrador, alguien que persigue con el norte de encontrar. Es lo que he construido poco a poco, valorar las pequeñas cosas que se encuentran”.
Algo tiene muy claro: los indicadores de producción miden “lo que uno hace, no lo que uno es. Notaba que había revistas o periódicos en los que alguien se destacaba y uno se visiona. Considero que esto es importante, no lo que uno debe perseguir, sino la representación de lo que ya ha hecho. Muchas instituciones me reconocen y me invitan a ser revisor, a dar una charla o conferencia, y siento que lo que hago lo valoran diferente”.
Variedad de prototipos, software y proyectos, redacción de decenas de artículos en publicaciones especializadas y no científicas, participación en más de 40 eventos académicos como ponente y actuación como par evaluador en revistas de organizaciones mundiales como IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers) son solo una parte de la hoja de vida de Oswaldo López Santos, un ingeniero que siempre ha pensado en grande desde su entorno.
Variedad de prototipos, software y proyectos, redacción de decenas de artículos en publicaciones especializadas y no científicas, participación en más de 40 eventos académicos como ponente y actuación como par evaluador en revistas de organizaciones mundiales como IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers) son solo una parte de la hoja de vida de Oswaldo López Santos, un ingeniero que siempre ha pensado en grande desde su entorno.